--¿Eh?
--Le cortaron la cabeza...
--¿¡Qué dices!?
--¡Esos malditos...!
--¿Estas llorando?
--Esta película ya no me gusta, prefiero ver Disney Channel.
--Tú odias Disney Channel.--Nunca he dicho eso.
Mariana suele llorar por cualquier cosa, posee la fragilidad emocional de una niña de cinco años. Rodrigo la escucha y le habla mientras prepara la cena: espaguetis con albóndigas; desde la cocina sólo puede verla a ella de perfil, sentada en el sofá de la sala, viendo una película en el canal cuarenta y cinco: Cinemax. Mariana no puede soportar la muerte de su "héroe" y decide, entre molesta y decepcionada, cambiar de canal. Rodrigo la observa y se ríe secretamente de su actitud; cree que es una chica tonta, pero es lo mejor que pudo conseguir para pasar el rato.
Mariana cree en el amor con ingenuidad y empieza a pensar que Rodrigo, un tipo que apenas conoce, podría ser el príncipe azul que ha estado buscando. Rodrigo intenta imaginársela desnuda, desea llevársela pronto a la cama y confía en que sus métodos de seducción no fallaran esta noche...
...
No hay comentarios:
Publicar un comentario